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Familia y enfermedad mental
Coloquio Acta 1965
El 17 y 18 de julio se llevó a cabo el primer coloquio internacional de Acta, dedicado este año al tema: “Familia y enfermedad mental”. Efectuóse la reunión en una casa-quinta de los alrededores de Buenos Aires, “Villa Raquel”, cedida gentilmente por sus dueños, el Dr. León Berlin y señora, gracias a los cuales pudo materializarse con holgura todo el programa. Ofició de coordinador, el secretario del coloquio, doctor Isidoro Berenstein, y participaron del mismo, presentando trabajos, comentando éstos e intercambiando opiniones, el profesor Nathan W. Ackerman, de Nueva York; el profesor Renato Castro de la Mata, de Lima; Miss Janet Beavin, de Palo Alto, California; el profesor José Bleger, el profesor Eliseo Verón, el doctor Carlos E. Sluzki y el doctor Guillermo Vidal, de Buenos Aires. Actuaron de intérpretes los doctores Héctor Ferrari y Miguel Matrajt, y de secretaria técnica y de observadora respectivamente, la señorita Silvia Alpersohn y la doctora Antonieta Silva de Castro de la Mata. No hubo público presente.
Inició la reunión el doctor Berenstein con una reseña histórica del tema, y, a través de un caso clínico, planteó los grande problemas del momento: la interacción familiar y la génesis del trastorno mental, la homeostasis, la definición y registro de observables, el miembro más enfermo.
A continuación leyó el doctor Ackerman dos capítulos de un libro suyo próximo a aparecer: Family Diagnosis and Treatment. El doctor Ackerman trata aquí de la necesidad de tomar a la familia como un todo, y de la interacción e interdependencia entre individuo y familia, entre salud mental y salud social. En una descripción impresionista, estudia la familia en crisis y los mecanismos homeodinámicos que ésta pone en marca para sobrevivir como una unidad. La división familiar puede polarizarse en dos personajes: el sanador y el chivo emisario. Tanto el hombre como su familia enferman por muy diversas razones: fracaso de la complementariedad, reducción de las satisfacciones instintivas, aislamiento de los roles, etc. Pero, en general, pueden perfilarse hasta cuatro grupos de factores etiopatogénicos en el trastorno mental: factores predisponentes, contribuyentes, precipitantes y perpetuadores. Si la enfermedad es grave, el consenso familiar, con respecto al miembro enfermo, es de que éste, como individuo, “no debe ser”; en los casos leves, en cambio, la actitud frente al enfermo se reduce a “no debe ser diferente”. El director del Instituto de la Familia, de Nueva York, trasluce, a cada momento, su posición psicoterapéutica, anteponiendo la cura del enfermo a las consideraciones metodológicas de la cuestión.
El doctor Castro expuso una investigación psicosocial de la familia peruana, que hizo en colaboración con Maria Antonieta de Castro, Alegría Majluf y Luis Estrada. Teniendo en cuanta la actitud del padre con respecto a la familia, cabe distinguir tres tipos principales de familias peruanas: el despótico, el patriarcal y el compañero. La familia de tipo despótico es propia de los indios, el tipo patriarcal aparece ya en las familias de obreros y el tipo compañero se destaca exclusivamente en las familias de empleados. La inhabilitación física del padre puso en evidencia los roles básicos de los miembros, su grado de complementariedad y el funcionamiento general de la familia. Los padres despóticos que no cambian de actitud son excluidos, pero en la medida en que pueden cambiar, son aceptados y el funcionamiento de la familia es mejor que antes de la inhabilitación. El rol básico del padre es el de proveedor, y cuando éste desaparece como tal, su reacción fue deprimirse.
Carlos Sluzki y Janet Beavin presentaron una definición operacional y una tipología de díadas fundadas en el concepto interaccional de simetría y complementariedad. Este trabajo aparecerá publicado en el próximo número de ACTA.
El doctor Bleger ahonda el tema de la familia por el lado de la simbiosis. Para Bleger habría una simbiosis fundamental y normal, que contendría la parte psicótica de la personalidad de todos los integrantes del grupo. Este reservorio de los niveles mas inmaduros y regresivos de la personalidad respaldaría la actividad sana de cada miembro en el extragrupo. La observación clínica muestra en este sentido dos familias extremas: la familia aglutinada y la esquizoide o dispersa. En la primera privaría la organización narcisística; la identidad es grupal, no individual. En la segunda, en cambio, los miembros se apartan unos de otros para evitar el peligro de la fusión y la consiguiente pérdida de identidad. Bleger hace un distingo entre simbiosis normal, simbiosis patológica y autismo, y termina su trabajo diciendo que la simbiosis y el autismo son tanto etapas de la dinámica familiar como estados transitorios y estereotipias patológicas.
Por fin, el Dr. Vidal replantea el punto de vista desde la individuación. El proceso de realización del sí-mismo –lo que desde Jung se llama individuación– ocurre dentro del ámbito familiar. El nuevo miembro se diferencia progresivamente a partir de una situación indistinta original, y es tanto mas sano cuanto mejor pueda metabolizar las contradicciones con que se topa en su devenir relacional. A su vez, esta capacidad de integrarse en el espacio-tiempo de la propia existencia, depende tanto del desprendimiento familiar como de las exigencias del extragrupo. En este sentido, el trastorno mental aparece como una discrepancia, una contradicción no superada entre el grado de individuación con respecto a la familia y el que reclama individualmente la sociedad global. Por eso toda psicoterapia debe tener en cuenta la familia del enfermo, y ha de apuntar mayéuticamente, a que este sea reparado y reparido por el médico.
Múltiples y muy fecundos fueron los comentarios y opiniones vertidos en estos dos días de trabajo intensivo. Prácticamente no hubo punto que no haya sido tocado, desde las consideraciones mas teóricas en relación con la génesis del trastorno mental, hasta la definición de variables y su registro, con miras a un tratamiento mas científico del problema. En mas de una ocasión se discutió la validez del método clínico. Quizás por esta vía se puedan formular hipótesis, más no resulta fácil verificarlas. De cualquier modo, la visión del psicoterapeuta de familias enfermas todavía parece muy distante de la del metodológico y viceversa. El mismo fenómeno, la interacción social, por ejemplo, se nos ofrece bajo aspectos con frecuencia inasibles unívocamente. Necesitamos de las hipótesis y necesitamos al mismo tiempo de las investigación rigurosa. La operación psicoterapéutica no debe ser óbice para que busquemos observables e indicadores independientes. La familia como sistema, el concepto de homeostasis y sus relaciones con la adaptación, la primacía de lo general sobre lo individual en materia de causalidad del trastorno mental, la conveniencia de investigaciones regionales y de pergeñar cuanto antes nuevas técnicas de observación y una tipología de la familia como totalidad, fueron objeto de varias consideraciones. Una cosa parece clara después de este coloquio, y es que así como hay ya una experiencia vasta sobre psicoterapia del grupo familiar, es muy poco lo que por ahora sabemos objetivamente acerca de la interacción social. Se impone, pues, una descripción no valorativa de las propiedades mas importantes del sistema familiar y una definición de los indicadores que han de llevarnos al conocimiento del mecanismo psicopatológico. Hombre y número, teoría y análisis de datos, proclividad a la divagación filosófica y necesidad de captar en leyes la conducta del hombre para mejorar su condición. He aquí el problema, el gran problema con que nos encontramos nosotros los psiquiatras cuando nos aproximamos a la familia. Vale la pena que sigamos planteándolo desde diferentes perspectivas y con modelos distintos. Pues lo que pasa en el seno de la familia tiene mucho que ver, sin duda, con las génesis del trastorno mental.
• Invitados por ACTA y por la Liga Argentina de Higiene Mental, estuvieron en Buenos Aires, entre el 10 y el 20 de julio, los doctores Nathan Ackerman y Renato Castro de la Mata. El Dr. Ackerman, profesor de psiquiatría de la Universidad de Columbia, Nueva York, pronunció dos conferencias en la cátedra de psiquiatría de nuestra Facultad de Ciencias Médicas, cuyo tema “psicoterapia de la familia” ilustró con sendas películas. Habló asimismo en la Sociedad Hebraica Argentina, refiriéndose a “la problemática psicosocial de la familia judía”, y en la Facultad de Filosofía y Letras.
Por su parte, el Dr. Castro, profesor asociado de psiquiatría en la Universidad de San Marcos, Lima, se ocupó de describir “una tipología de la familia peruana” en el Instituto Grondona y en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires.
Declarados huéspedes oficiales por el
Instituto Nacional de Salud Mental, participaron, además, en el Primer
Seminario Internacional de Salud Mental en la Comunidad u
* Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina, Vol.11, Nº3, 1965